La vida en el hospital con mi hija Alba, fue dura para un padre y más duro para mi hija que soportaba los duros tratamientos de quimioterapia y radioterapia, y las operaciones a vida o muerte por las que pasó. Tuvimos días en los que la vida parecía normal porque Alba se encontraba bien, días en los que el tratamiento la dejaba descansar. Esos días eran una fiesta en la habitación y jugábamos y nos reíamos jejejejejje.

Le prometí a mi hija Alba que encontraría el medicamento que la salvaría y le fallé en mi promesa, pero sigo adelante para salvar la vida de otros niños y estamos cerca de empezar un ensayo clínico.

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