Tratamiento no es lo mismo que cura

Tratamiento no es lo mismo que cura: por qué la investigación sigue siendo clave

Cuando a una familia le dan el diagnóstico de cáncer infantil, todo gira alrededor de una sola palabra: cura. Todos la esperan. Todos la desean. Y a veces, por suerte, llega. Pero cuando lo hace, no siempre significa lo que imaginamos.

En la Fundación Alba Pérez, acompañamos cada día historias reales de niños y niñas valientes, tratamientos largos y difíciles, y muchas veces, finales abiertos. Por eso, queremos hablarte con claridad de algo importante: tratar el cáncer no es lo mismo que curarlo. Y entender esa diferencia es clave si queremos avanzar hacia un futuro más justo para la infancia.

 

Tratar no siempre significa curar

Gracias a los avances médicos, muchos niños con cáncer hoy reciben tratamientos eficaces: quimioterapia, cirugía, radioterapia e incluso terapias dirigidas. Esto ha permitido que, en países como España, alrededor del 80% de los menores diagnosticados supere la enfermedad. Y eso, sin duda, es una gran noticia.

Pero hay una palabra clave en todo esto: superar, no curar.

Un tratamiento puede hacer desaparecer el tumor, sí. Pero no siempre garantiza que no vuelva. Tampoco evita posibles secuelas físicas o emocionales. Y en muchos casos, ni siquiera es suficiente para ciertos tipos de cáncer infantil.

 

La cura: ese horizonte al que aún no llegamos

Existen tipos de cáncer infantil para los que aún no hay cura efectiva, o cuya tasa de supervivencia sigue siendo muy baja. Uno de ellos es el sarcoma de Ewing, al que destinamos gran parte de nuestros esfuerzos desde la Fundación.

Hablar de “cura” es hablar de futuro: que la enfermedad no vuelva, que no haya recaídas, que ese niño o niña crezca sin miedo, sin tratamientos agresivos y sin consecuencias graves en su vida adulta.

Eso todavía no siempre ocurre. Y la investigación científica es la única herramienta que puede cambiar esta realidad.

 

¿Por qué es tan importante seguir investigando?

Porque lo que tenemos hoy no basta. Porque hay niños que no responden a los tratamientos actuales. Porque muchas de esas terapias siguen siendo muy duras y dejan secuelas. Y porque sin investigación, no hay esperanza de nuevos tratamientos más eficaces, menos tóxicos y más personalizados.

En los laboratorios se está buscando lo que aún no existe. Pero ese trabajo requiere tiempo, recursos y apoyo.

 

La cura es un esfuerzo colectivo

Ningún avance llega solo. Detrás de cada paso adelante hay médicos, científicas, familias… y también personas como tú, que comparten, que difunden, que deciden colaborar.

En la Fundación Alba Pérez, creemos que invertir en investigación es invertir en vida. Y por eso no dejamos de insistir. Porque no nos conformamos con lo que hay, soñamos con lo que puede llegar. Y sabemos que solo lo lograremos si caminamos juntos.

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