LÉELO PORQUE LOS HÉROES EXISTEN Y EN ESTE CASO ES UNA ALBER@ Y SE LLAMA SILVIA.

Hola Rafa

Hace unos días te pusiste en contacto con mi amigo Carlos por el tema de la persona que buscáis para dirigir el grupo de Barcelona. Cuando vi tu post en Facebook, se lo comenté a Carlos porque lo conozco bien, y sé qué haría una gran labor con vosotros.

Me explico que te contó que en estos momentos me encuentro en un proceso de donación de médula y que te interesaste mucho por el tema y que te gustaría conocer un poco la historia y los motivos para publicarlo en tu blog. Claro que si!! A ver si con el testimonio de personas que consiguen hacerlo, muchas otras se animan también a hacerse donante… es tan necesario!

Te lo cuento todo a continuación:

Existen dos motivos fundamentales que me motivaron a hacerme donante de medula.
Por un lado, el cáncer por el que pasó mi querido amigo Carlos, y por otro, convertirme en madre.
La palabra cáncer asusta, y lamentablemente, cada día se escucha más y más cerca. En los últimos años había tenido casos cercanos, madres y padres de amigos que se fueron después de una intensa lucha contra esta enfermedad. Pero cuando Carlos me dijo que tenía cáncer, ahí supe lo que realmente esa palabra significa. Automáticamente se apodera de ti un miedo atroz. Miedo a no saber qué va a pasar, a no saber hasta qué punto esa persona va a sufrir, pero sobre todo, miedo a perder a alguien que es tan imprescindible en tu vida. Lloré mucho, sobre todo cuando él no podía verme, y hasta recé para que Carlos saliera adelante.

Fue una época muy dura. Primero la operación, después el post operatorio, pero sobre todo, cuando al cabo de un año aproximadamente, a Carlos le dicen que tiene una metástasis. Ahí empezó lo difícil de verdad, porque Carlos tuvo que someterse a un tratamiento muy bestia, que lo dejaba hecho polvo.

No sé cuántas sesiones de radio llegó a hacer. Ni cuantas inyecciones le llegaron a poner. Lo que sí que se es que nunca perdió la esperanza, ni las fuerzas. Nunca permitió que la enfermedad fuera más fuerte que el mismo. Seguía con su vida, con su trabajo y lo más asombroso, sus viajes de trabajo. Yo de verdad nunca he conocido persona más valiente que él. Porque además, era él mismo el que nos daba fuerzas a las personas de su entorno cuando nos veníamos abajo… No sé si conoces una canción preciosa de Antonio Orozco que se llama “Mi héroe”, si no la conoces, te recomiendo que la escuches… Bien, Carlos es él. Mi Héroe.

En todo este proceso de vivir la enfermedad junto a alguien que quieres, no puedes evitar sentir frustración, supongo que sabes a qué me refiero. Frustración por no poder hacer nada para pararlo, para que esa persona deje de sufrir. Solo estar a su lado, que es mucho, sí, pero no suficiente. Los que pasamos por un cáncer sin ser el enfermo, creo que siempre nos quedamos con la espina de querer hacer más y no saber qué más hacer.

Afortunadamente, Carlos superó el cáncer, a día de hoy podemos decir que está limpio, venció al bicho. Pero sé que muchas personas, otros héroes y heroínas, no lo hacen… y eso es terrible, más cuando se trata de niños. Niños como tu hija Alba. Vuestro caso me llegó al corazón de una forma… no tengo palabras.

En la época de la metástasis de Carlos, me convertí en madre. Nació mi chiquitín, el amor de mi vida. Y convertirme en madre de mi hijo hizo que algo cambiara dentro de mí. Mi forma de vivir, de sentir, de querer, de todo…

Hasta ese momento, cada vez que oía hablar de un caso de cáncer infantil, me sabía mal, claro, y pensaba: que injusta es la vida. Pero a raíz de tener a mi hijo y de saber que es un cáncer porque lo acababa de vivir con mi amigo Carlos, empecé a darme cuenta realmente de lo terrible que puede llegar a ser esa combinación: cáncer y niños. Dios mío…

Gracias a las redes sociales conocí el caso de Mateo. Un niño que nació el mismo año que mi hijo, y que a los dos meses de vida le diagnostican una leucemia. Madre mía, un bebe de la edad de mi hijo! Ahí ya empiezas a pensar en esos padres, te pones en su piel sin poder evitarlo… Sus padres iniciaron una campaña brutal para encontrar un donante compatible que le salvara la vida. Y entonces empecé a sopesar la posibilidad de hacerme donante y a informarme. Pero he de reconocer que no di el paso, todavía. Mateo se salvó, encontró a su ángel.

Al mismo tiempo prácticamente os conocí a vosotros. Supe de Alba, de Ariadna, de Nieves, de ti. Lo que estabais pasando, la promesa que le hiciste a tu hija, la fundación, la gran labor que estabais haciendo… Rafa, no tengo palabras. Gracias por tanto. El día que Alba se fue al cielo, lloré con vosotros. Lo sentí tanto… Recuerdo donde estaba, que hacía y con quien estaba cuando leí en vuestro muro la terrible noticia. Me impactó tanto. Estaba convencida de que Alba se iba a curar, no podía entenderlo de otra manera. Ese día fui consciente del todo, de que los niños también se mueren de cáncer, y algo en mí hizo click… Me convertí en Albera y lo seré siempre.

Al cabo de unos meses, un día al despertar, leí una noticia que explicaba el caso de Oscar, un niño de 8 añitos. También me llegó a través de una red social. Su familia buscaba un donante compatible desesperadamente, pues a Oscar le quedaba apenas un escaso mes de vida. Una leucemia se lo estaba llevando… ¿Y si fuera yo esa persona? Pensé…

Me metí en la ducha con ese pensamiento y cuando salí de casa, en lugar de irme al trabajo como cada día, me fui directa al Clinic de Barcelona, con la única esperanza de poder salvar la vida de Oscar. Me hice donante de médula.

(En esa ocasión no fui yo. Por desgracia, no fue nadie…)

A partir de ese momento empecé a formar parte del banco de donantes que lleva la fundación Josep Carreras. El programa REDMO.

Y pasaron los años. Y años después, tres aproximadamente, un buen día, mi teléfono sonó…

Alguien al otro lado me explicó que había un paciente que necesitaba un trasplante de medula para seguir adelante y que habían visto, que yo presentaba un cuadro bastante compatible. Me preguntaron si aún estaba dispuesta a donar. Claro, les dije. Por supuesto, esto es un regalo que me brinda la vida.

Todo empezó con esa llamada y siguió con una extracción de sangre. Me explicaron que habían seleccionado tres posibles donantes compatibles, y que después de analizar nuestra sangre, seleccionarían al más compatible de todos.

Semanas después me llamaron para confirmarme que era yo la elegida. Y en este maravilloso proceso me encuentro en estos momentos. En el proceso de poder salvar una vida en vida. Me desborda la emoción porque al final siento que voy a poder hacer algo realmente importante. Siento que es esto es de las cosas más importantes que voy a hacer en la vida. Y que por fin, puedo colaborar de verdad, en la lucha contra el cáncer.

El proceso es muy sencillo. Nada de quirófanos ni de anestesias, ya que existe la posibilidad de hacerlo mediante extracción de sangre periférica, aféresis se llama este proceso.

Días antes a la donación tienes que someterte a un tratamiento que consiste en unas inyecciones. Estas inyecciones hacen que se multiplique la fabricación de células en la medula ósea y éstas vayan a la sangre. El pinchazo al ponerte estas inyecciones ni lo notas. Ayer me las puse por primera vez, y súper bien. Sé que a partir del tercer día de tratamiento empezaré a sentir los efectos secundarios. Dolor de huesos, cansancio y malestar general similar al de un proceso gripal. Vamos, nada que no se pueda soportar. La mejor “gripe” y más necesaria que voy a pasar en mi vida.

El día de la extracción (donación), te conectan a una máquina y necesitan dos venas, una de cada brazo. Una vena de entrada y otra vena de salida. Durante el proceso, la sangre pasa por una máquina que se queda con las células madre. Este proceso dura unas 4-5 horas. Cuando finaliza, marchas a casa y a seguir con tu vida. Y ya está. Así se sencillo se puede salvar la vida de alguien que está agotando su último cartucho, alguien que se lo juega todo a una sola carta.

Creo que hay muchos mitos falsos y desinformación alrededor de este tema y que es importante que la gente sepa en qué consiste. De esta forma estoy segura de que muchas más personas en nuestro país y en todo el mundo, se harían donantes.

El dia 10 de Julio o el 11, será la fecha señalada, el dia que vaya a hacer la donación al Banco de Sangre del hospital de San Pau. Sé que el dia 11 de Julio es muy importante para ti, a partir de ahora también lo sera para mi. Porque si Dios quiere, ese dia, otra persona, volverá a nacer.

Ayer leia un post de una chica que habia recibido medula de un donante anonimo que le habia salvado la vida. Ella se referia de este modo a su donante:

“Solo sé que la persona que me dio la vida es un joven estrangero a quién mi familia y yo le hemos puesto el nombre de Luke. Y quién por siempre ocupará un gran hueco en nuestras vidas”

Ahí está la razón y lo que le da sentido a todo esto.

Un abrazo Rafa. Mañana cuando terminemos, nos pondremos en contacto contigo.

Silvia

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